Me abrigo con paños blancos
luzco blanca cabellera
y por causa mía llora,
hasta la misma cocinera.
Sudamericana de origen
con alma blanca de esencia,
cocida, asada o en ensalada
me come la concurrencia.
Una señorita
va por el mercado,
con su cola verde
y el traje morado.
Tengo rabo y no soy
perro
también cabeza y no pienso
tengo dientes y no muerdo.